23 nov 2011

El todo es más que la suma de sus partes.

   No sabemos lo que queremos. Ése es nuestro problema. Y si no sabemos qué es lo que queremos, por supuesto, nos equivocamos. Pero no cometemos pequeños errores, de los que perfectamente se pueden remendar con un "perdón" o un "lo siento". Son las grandes equivocaciones de la vida, las que cometemos nosotros. La propia confusión nos hace desquiciarnos, volvernos locos; nos hace consumirnos a nosotros mismos. Nos volatilizamos como la ceniza de un cigarrillo, que agoniza cada instante de su corta duración para finalmente, caer al vacío. Caemos incesantemente, sin ver jamás el fondo. Y lo peor de todo este panorama, es que no nos preocupamos. Nos da igual. Si no vemos el fondo, no caeremos jamás. Ése es otro de nuestros problemas. Si no vemos algo, simplemente no existe. No nos preocupamos por nada, ni nos preocuparemos. Pero si nos quitan el dinero, entonces sí nos afecta. Nos da igual que nos quiten la amistad, que nos quiten el amor, incluso que nos quiten la salud. Pero nuestro dinero es nuestro, y de nadie más.

   ¿Y qué pasa cuándo no hay dinero, ni para nosotros, ni para nadie? Entonces, ése es el momento de quejarse. Desde luego, si no tenemos dinero, no podemos conseguir nuestros preciados caprichos consumistas, no podemos conseguir todos los bienes terrenales que queramos. Y éso es lo que nos molesta. No nos importa que todos podamos acceder a un sistema médico, o a un sistema educativo correcto, que teóricamente sería lo mejor para todos. Pero estamos completamente decididos a malgastar nuestra vida en sinsentidos, en cosas insignificantes, que, sin darnos cuenta, nos quitan poco a poco la esencia de nuestra alma.

   Y, sin lugar a dudas, si el encargado de conseguir ese dinero para nosotros (que no representante), nos falla, nos quejamos, le tiramos de su puesto, y subimos al primer zoquete que encontremos mirando escaparates. Votar no vale para nada, haremos lo que nos ordenen. Nuestra opinión no cuenta, nos la dictan desde arriba. Somos simples marionetas de seres intocables con gomina y corbata, con elegantes trajes italianos y mocasines de piel de cocodrilo. No tenemos importancia, sólo somos un trámite más para conseguir los propósitos de nuestros superiores, para conseguir su propio poder.

   A lo que quiero llegar con todo ésto, es a que no somos nosotros los que estamos abajo. Somos los de arriba, y podemos ser nosotros quien manejen a esos "seres superiores". Nosotros mandamos, nosotros tenemos la capacidad de obtener el poder, porque somos más. Y el poder es la simple suma de pequeños puños. Pero para obtener el poder, hay que alzarlos. Lo que quiero decir, es que tenemos la responsabilidad de saber cuidar de nosotros mismos, y la estamos desperdiciando.


   "Seamos realistas, pidamos lo imposible" Comandante Ernesto Guevara.

3 comentarios:

  1. "Nos volatilizamos como la ceniza de un cigarrillo, que agoniza cada instante de su corta duración para finalmente, caer al vacío. "
    Esta entrada me ha sorprendido, de verdad. Cada vez me encantas más, señorito Narcho.

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  2. Nota informativa: Lo he leído.

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  3. Simplemente cuanta razón, "Lo que quiero decir, es que tenemos la responsabilidad de saber cuidar de nosotros mismos, y la estamos desperdiciando." La conclusión como siempre genialiciosa.
    Solo añadir que la frase no es del Che, es de los estudiantes franceses en las revueltas de 1968 :)

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